¿Sabían que después de que Jesús murió, se apareció a Sus discípulos y ellos no Lo reconocieron? ¡Ellos solo se dieron cuenta de que habían caminado con Jesús después de que desapareció!
Debía encarar la mayor decisión de Su vida. ¿Qué haría? ¿Decidiría morir para que pudiéramos vivir?
Después de la muerte y sepultura de Jesús, los discípulos estaban tristes y confundidos. Habían olvidado que Jesús les dijo que tenía que morir, pero que resucitaría.
Yo era un pececito que vivía en un lago de las montañas de Kentucky, cerca del lugar donde nació el Hermano Branham. Mis amigos me llamaban “pequeño Gill”.