El Espíritu Santo no es un pensamiento; es una Persona. “Cuando Él, el Espíritu Santo haya venido…” Y Él es un pronombre personal, así que es—es absolutamente… Es—es una Persona de Cristo en la forma del Espíritu Santo viviendo en Ud. Jesús dijo: “Yo soy la Vid; vosotros los pámpanos”.
Ahora, la vid no lleva los frutos. Los pámpanos llevan el fruto. Así que, Él tiene que usarlo a Ud. y a mí, nuestros ojos, nuestros labios, nuestro—nuestro oír, nuestro hablar, todo… Es Él hablando a través de nosotros. “Yo soy la Vid; vosotros los pámpanos”.
Así es que sería la asociación de Cristo en Su pueblo, si pudiéramos verlo a Él actuando hoy como Él lo hizo entonces. Pues es una promesa a Su Iglesia. “Si permanecéis en Mí y Mi Palabra en vosotros, pedid todo lo que queréis…” ¡Oh, tantas miles de promesas que pudiéramos citar aquí! Pero es Cristo en Su Iglesia.