Por tanto, nosotros conocemos a nuestro enemigo por sus ataques. Tal vez Uds. no lo captaron correctamente, por la manera en que lo dije. Nosotros conocemos a nuestro enemigo: cuando alguien, algún espíritu, alguna persona quiere discrepar con la Palabra de Dios, recuerden, eso es su enemigo. Eso es su enemigo. Nosotros conocemos su vil ataque. Así venció a la raza humana, y así aún los vence hoy. Y así es como él los aleja a Uds. de Dios, haciendo que Uds. descrean Su Palabra. Y de la única manera que Uds. podrán permanecer en compañerismo con Dios y hablar con Él en el fresco de la tarde, es permaneciendo fortificado con la Palabra de los dos lados. Dejen que la cortina de Dios baje a todo alrededor suyo, y Ud. manténgase allí en todo el centro. Es correcto. Entonces Ud. está fortificado. ¡Gloria!