Elisabet

Elisabet fue la esposa de Zacarías, un sacerdote.

Elisabet ya era anciana cuando nació su hijo, Juan el Bautista.

Elisabet y María eran primas.

Elisabet recibió una visita de María, su prima. Cuando María mencionó el nombre Jesús por primera vez, ¡el bebé de Elisabet se movió bruscamente al resucitar en su vientre!

El bebé de Elisabet, Juan el Bautista, llegó a ser uno de los profetas más poderosos que han existido. ¡Él tuvo el honor de bautizar a Jesús!

La Biblia dice:

 Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,

Lucas 1:41

El Hermano Branham dijo:

 Puedo ver a María que la abraza y dice: “¡Oh, Elisabet, cuán dulce es volverte a ver!”. Y decir: “Me acaban de decir que tendrás un hijo en tu vejes”.

Puedo oír a Elisabet que dice: “Sí, María. Es cierto. Voy-voy a tener un hijo. Pero eso me tiene preocupada. ¿Vez? Han pasado seis meses y aún no hay vida. Completamente anormal. ¿Ven? La vida viene como… Uno siente la vida como a los tres o cuatro meses, algo así, a los dos meses y medio. Dijo: “Pero aún no hay vida”.

Y María dijo: “Sabes…”

¡Oh, vaya! Sé que debo permanecer aquí, pero no puedo.

Mira. Dijo: “Sabes, el Espíritu Santo vino y me hizo sombra, y me dijo que también tendría un bebé, sin conocer hombre. Y debería llamar Su Nombre, Jesús”. Y tan pronto como ella dijo: “Jesús” el pequeño Juan saltó en el vientre de la madre, comenzó a saltar así, recibió vida. La primera vez que el Nombre de Jesucristo fue hablado por labios mortales, un bebé muerto vino a la vida en el vientre de una madre.

La resurrección de Lázaro, 51-0729

Elisabet

Elisabet no tardaría en ser mamá. Después de años y años de estar casada con Zacarías, por fin ella iba a tener un bebé. Debe haber estado muy emocionada, pero al poco tiempo notó que algo andaba mal.

Normalmente, cuando un bebé está en la barriguita de mamá, ella puede sentir cuando patea. Pero Elisabet no había sentido que él se moviera. ¿Será que estaba bien? ¡Tal vez le pasaba algo o quizás ni siquiera estaba vivo!

Cada día que pasaba, ella sentía más y más temor. ¿Cómo era posible? Ella sabía que un Ángel había visitado a su esposo y que Dios tenía el control; entonces, ¿por qué no se movía su bebé? Ella sentía mucho temor.

Elisabet y Zacarías oraron y oraron, pero el bebé no se movió. No entendían por qué estaba pasando esto, pero estos dos creyentes no perdieron su fe. Sabían que de alguna manera, Dios encontraría la forma de ayudar al bebé en la barriguita de Elisabet. Él cumpliría Su promesa y de alguna manera el pequeño Juan estaría bien.

    
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