Josué

En este video puedes ver cómo empezó el dibujo de Josué. Siempre que empezamos una escena nueva, ¡hacemos un bosquejo y de allí se va mejorando!

La historia de Josué

Después de la batalla de Jericó, los enemigos de Israel comenzaron a temerles a Josué y a su poderoso Dios.

Habían oído de las grandes victorias que Josué había logrado y eso los atemorizaba. Decidieron atacar de inmediato, antes de que Josué se volviera muy grande y poderoso.

Cinco reyes se aliaron contra Josué. Eran muy listos para atacarlo directamente, así que se pusieron de acuerdo en atacar por sorpresa a los amigos de Josué, los gabaonitas.

Los amigos de Josué pidieron ayuda y, en seguida, los israelitas entraron en acción. El Señor le dijo a Josué que peleara y ¡así lo harían!

La batalla comenzó y muy pronto todos se dieron cuenta de que no derrotarían a Josué. Los reyes y sus ejércitos retrocedieron rápidamente, pero era demasiado tarde; ¡habían escogido luchar contra Dios y Su poderoso general!

El Señor cumplió su promesa y peleó junto a Josué, arrojándole piedras enormes a su enemigo. Los reyes y sus ejércitos huyeron lo más rápido que pudieron. Josué y su ejército los persiguieron, pero el sol empezó a ocultarse. En poco tiempo oscurecería, así que Josué tendría que dejar huir al enemigo y ellos regresarían a pelear otro día. Pero de repente sucedió algo que nunca antes había ocurrido: ¡Josué le ordenó al sol que se detuviera!

“Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón”.

El sol se detuvo allí en Gabaón mientras Josué y sus guerreros vencieron a sus rivales. ¡Dios les proveyó a sus hijos un día más de luz! Imagínate el miedo que debieron sentir los amorreos cuando vieron el poder del Dios de los israelitas. ¡Él pudo ordenarle al sol que se detuviera y obedeció!

Hoy, ese mismo Dios que estuvo con Josué está con nosotros. Él todavía puede hacer cosas grandes y poderosas, pero tenemos que creerle. Siempre recuerda que Dios no obra como nosotros. A veces, Él hace cosas completamente inesperadas. Nuestro trabajo es confiar en Él y saber que siempre tiene el control.

Puedes leer esta historia en Josué, capítulo 10

    
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