Pedro en prisión

¿Puedes imaginar cómo fue, ser uno de los discípulos que pasaron tiempo con Jesús?

Imagina lo que pensaban Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe y los demás cuando veían a Jesús sanando enfermos y expulsando demonios.

¡Debió ser asombroso!

Ellos podían sentarse a conversar con Jesús para que Él contestara sus preguntas y les hablara de muchos temas.

Un día, Jesús estaba hablando con Sus discípulos mientras cenaban. Él se sentía muy triste, pues sabía lo que le ocurriría. Les contó que lo traicionarían y que dentro de poco ya no podría acompañarlos.

Los discípulos quedaron tristes y confundidos, pero Jesús aún no había terminado. Les dijo que debían obedecer otro mandamiento:

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”.

Jesús acababa de mencionar un mandamiento completamente nuevo, ¡así como los que Dios le dio a Moisés! ¿Recuerdas los Diez Mandamientos? ¡Jesús les dio uno nuevo! Amarse unos a otros.

Pronto los discípulos serían probados y tendrían que aplicar este nuevo mandamiento.

¡Tú también pasas por pruebas! Es fácil amar a alguien cuando te trata bien, por lo tanto, esa no es una prueba tan difícil; pero sí lo es cuando se portan mal contigo. ¿Puedes amarlos de todas formas? Si puedes, ¡entonces estas actuando como dijo Jesús! ¡Sigue así!

Después de la muerte de Jesús, el Cristianismo creció y muchos no se alegraron. Los seguidores de Jesús corrían peligro. La gente quería encarcelarlos ¡y hasta matarlos! 

Cada vez empeoró más, tanto que aprisionaron al gran discípulo Pedro. Sus amigos lo amaban muchísimo, pero ¿cómo podían ayudarlo? Él se hallaba rodeado de guardias y ellos estaban escondidos en la casa de Juan Marcos. No podían arriesgarse a rescatarlo, pues sin duda morirían. Tampoco podían convencer al juez de que lo liberara, ya que el rey estaba en contra de Pedro ¡y quería matarlo a toda costa!

¿Qué harías si alguien que amas se encontrara en graves problemas? Los amigos de Pedro hicieron lo mejor que pudieron haber hecho: orar. Luego oraron un poco más ¡y al final oraron muchísimo más! La Biblia dice: “… la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”.

Finalmente ocurrió algo maravilloso: ¡Dios envió al ángel del Señor a sacar a Pedro de la prisión! El ángel sencillamente entró, soltó a Pedro ¡y salió con él! Lo que parecía imposible para los amigos de Pedro, ¡era fácil para Dios! Cuando por fin se encontraron con él, ¡no podían creerlo! ¡Dios había contestado sus oraciones y liberado a su amigo!

El amor que sentían por Pedro y sus peticiones a Dios cambiaron la situación de su buen amigo.

El amor es muy, muy poderoso; es mucho más poderoso que el odio. Así que nunca olvides que si de verdad quieres que alguien o algo cambie, ¡el amor es el arma más sobresaliente de todas!

    
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